Empiezo mezclando 90 g de yogur, 60 g de leche y 20 g de jugo de limón en un bol—lo dejo reposar mientras sigo. Bato 110 g de mantequilla hasta que está cremosa, luego añado 40 g de aceite y sigo batiendo—me encanta ver esa suavidad. Incorporo 200 g de azúcar poco a poco, batiendo hasta que está esponjoso, y luego 2 huevos y 1 cucharadita de vainilla.

Tamizo 200 g de harina para pastel, 1 cucharadita de polvo de hornear y ½ cucharadita de sal, añadiendo la mitad a la masa y batiendo ligeramente. Agrego la mezcla de yogur y leche, luego el resto de la harina—queda perfecta y suave. Mezclo 200 g de arándanos con 1 cucharadita de harina y los incorporo con suavidad.

Divido la masa en dos moldes de 7 pulgadas engrasados y horneo a 170°C por 25-30 minutos—un palillo limpio es mi señal. Dejo enfriar completamente antes de desmoldar—paciencia aquí es clave. Para la crema, bato 150 g de mantequilla, añado 225 g de queso crema y sigo hasta que está suave.

Añado 1 cucharadita de vainilla, 500 g de azúcar glas y 1 cucharada de jugo de limón a la crema, batiendo hasta que está esponjosa. Coloco una capa de torta, unto crema, añado la segunda capa y cubro todo—queda hermosa. Decoro con arándanos y ralladura—lista para disfrutar.