Paso 1: Preparar la crema

Coloca la nata, la leche y el azúcar en un bol grande o en el recipiente de un robot de cocina. Bate a velocidad alta con unas varillas hasta obtener una crema estable, es decir, que mantenga su forma pero no esté demasiado rígida.
Añade el queso Philadelphia y el queso mascarpone a la mezcla y bate nuevamente, solo unos segundos, hasta que todos los ingredientes estén bien integrados. La crema debe quedar suave y homogénea.

Paso 2: Montar la tarta

Sumerge las galletas Lotus en un cuenco con leche, asegurándote de que sea solo un segundo para que no se empapen demasiado. Esto evitará que pierdan su forma al colocarlas.
Coloca las galletas remojadas en la base de un molde cuadrado de 20 x 20 cm, ajustándolas para cubrir toda la superficie. Si es necesario, corta algunas galletas para que encajen perfectamente y guarda los restos para decorar al final.
Cubre esta primera capa de galletas con un tercio de la crema preparada. Extiéndela uniformemente con una espátula para que quede bien lisa.
Repite el proceso alternando capas de galletas y crema hasta completar tres capas de cada una. Asegúrate de que la última capa sea de crema, ya que será la base para la decoración.
Cubre el molde con papel film y deja reposar la tarta en la nevera durante al menos 4 horas, o preferiblemente toda la noche, para que adquiera consistencia y los sabores se integren.

Paso 3: Decorar la tarta

Calienta la crema de Lotus en el microondas durante unos segundos, a media potencia, hasta que esté líquida y fácil de manejar.
Vierte la crema sobre la tarta fría, inclinando suavemente el molde para que se extienda de manera uniforme y cubra toda la superficie.
Desmenuza los restos de galletas Lotus que guardaste anteriormente y espolvorea sobre la crema para decorar. Este toque le dará un acabado rústico y lleno de sabor.

Paso 4: Servir y disfrutar

Sirve la tarta bien fría. Cada bocado es una explosión de sabores y texturas, con la cremosidad de la crema y el contraste crujiente de las galletas.