Paso 1: Preparación de los higos

Comienza lavando los higos y cortándolos en trozos pequeños. Si los higos están demasiado grandes, puedes cortarlos en mitades o en cuartos. Esto asegurará que se distribuyan de manera uniforme en la masa y que cada bocado esté lleno de su delicioso sabor.

Paso 2: Preparando el molde

Para evitar que el bizcocho se pegue, unta un molde para horno con una pequeña cantidad de mantequilla. Después, espolvorea un poco de harina sobre la mantequilla. Esto creará una capa antiadherente, asegurando que tu bizcocho salga fácilmente del molde una vez horneado.

Paso 3: Batido mágico de huevos y azúcar

En un bol grande, bate los 6 huevos junto con los 200 gramos de azúcar utilizando una batidora eléctrica. Bate hasta que la mezcla se vuelva suave, aireada y haya aumentado de volumen. Este paso es crucial para conseguir la textura ligera y esponjosa que caracteriza a este bizcocho.

Paso 4: Incorporando la harina

Una vez que la mezcla de huevos y azúcar esté bien batida, añade los 200 gramos de harina poco a poco, mientras sigues batiendo. Asegúrate de que se integre bien para evitar que queden grumos. Puedes tamizar la harina antes de incorporarla para obtener una mezcla aún más suave.

Paso 5: Montando el bizcocho

Vierte la mitad de la mezcla de masa en el molde preparado. Luego, distribuye los trozos de higo sobre la masa, asegurándote de que estén bien repartidos. Finalmente, cubre los higos con el resto de la masa. Los higos quedarán incrustados en la mezcla, aportando sabor y jugosidad al bizcocho.

Paso 6: Hora de hornear

Precalienta tu horno a 180ºC (350ºF). Coloca el molde con la masa en el centro del horno y hornea durante unos 30 minutos. Pasado este tiempo, revisa el bizcocho pinchándolo con un palillo; si sale limpio, el bizcocho estará listo. Si no, deja que se hornee unos minutos más.

Paso 7: ¡A enfriar!

Una vez que el bizcocho esté completamente horneado, sácalo del horno y deja que se enfríe en el molde durante unos minutos. Después, desmóldalo y colócalo sobre una rejilla para que se enfríe completamente. Esto evitará que el bizcocho se humedezca por la condensación y te permitirá cortarlo más fácilmente