Paso a paso:

1. Calienta la leche:
   • Vierte 1,5 litros de leche en una cacerola grande y caliéntala a fuego medio. Remueve de vez en cuando para evitar que se pegue al fondo. Calienta hasta que esté humeante, justo antes de que comience a hervir (aproximadamente 5-6 minutos).
2. Añade el vinagre:
   • Retira la cacerola del fuego. Añade las 2 cucharadas de vinagre de sidra de manzana mientras revuelves continuamente. Verás que la leche comienza a cuajar casi de inmediato, separándose en cuajada (sólida) y suero (líquido). Sigue mezclando durante un minuto para asegurarte de que el proceso esté completo.
3. Cuele la cuajada:
   • Coloca una estopilla o un paño limpio sobre un colador de malla fina. Vierte la leche cuajada en el colador para separar la cuajada del suero. Déjalo reposar unos minutos para que escurra todo el líquido. Lo que queda en el paño es el queso fresco.
4. Añade mantequilla y condimentos:
   • Transfiere la cuajada a un bol. Añade la mantequilla derretida, sal al gusto y las hierbas opcionales. Mezcla bien hasta que todo esté incorporado. Este paso es opcional, pero añade un toque extra de sabor y textura.
5. Da forma al queso:
   • Puedes moldear el queso con las manos o colocarlo en un recipiente pequeño para darle una forma específica. Si prefieres un queso más firme, presiona la cuajada en el recipiente, cúbrelo con un paño y coloca un peso encima durante 30 minutos.
6. Enfría y sirve:
   • Deja que el queso repose a temperatura ambiente durante 30 minutos o más si quieres que esté más sólido. Luego, refrigéralo para disfrutarlo frío. Úsalo como untable, en ensaladas o como topping para tus platos favoritos