Advertisements

Pastel de Zanahoria Casero: ¡Dulzura, Nutrición y Tradición en Cada Rebanada!

Advertisements

Las zanahorias son indiscutiblemente el corazón de esta receta. Busca ejemplares frescos, firmes y de un naranja intenso, señal de su alto contenido de betacarotenos. Las zanahorias jóvenes tienden a ser más dulces y jugosas, ideales para nuestro propósito.

Advertisements

El aceite vegetal aporta una humedad incomparable que permanece incluso días después de horneado. Aunque tradicionalmente uso aceite de girasol por su sabor neutro, el aceite de coco puede ser una interesante variación que añade notas tropicales sutiles.

Los huevos actúan como aglutinantes, aportando estructura y riqueza a nuestro pastel. Intenta utilizarlos a temperatura ambiente para lograr una mejor incorporación con el resto de ingredientes.

La combinación de canela y nuez moscada crea ese perfil aromático característico que todos asociamos con un buen pastel de zanahoria. La canela aporta calidez mientras que la nuez moscada añade profundidad y complejidad.

Las nueces no son solo un capricho textural; aportan un contraste crujiente y un sabor ligeramente amargo que equilibra la dulzura del conjunto. Tuéstalas ligeramente antes de incorporarlas para intensificar su sabor y aroma.

Para el glaseado, el queso crema de buena calidad marca una gran diferencia. Busca una marca que ofrezca un balance entre cremosidad y acidez, ya que este contrapunto ácido equilibrará la dulzura del azúcar glas.

Equipo Esencial

Un rallador afilado es crucial para procesar las zanahorias correctamente. Aunque un procesador de alimentos puede ahorrar tiempo, el rallado manual permite controlar mejor el tamaño de los trozos y libera más humedad natural.

Un juego de bols para mezclar de diferentes tamaños facilitará enormemente la preparación. Necesitarás uno grande para la masa final, uno mediano para tamizar los ingredientes secos, y quizás uno pequeño para batir los huevos previamente.

Una espátula de silicona es mi herramienta imprescindible para esta receta. Permite incorporar los ingredientes con movimientos envolventes que mantienen el aire en la mezcla, además de raspar hasta la última gota de masa del bol.

Un molde redondo desmontable de 22-24 cm es ideal para este pastel. El fondo removible facilita enormemente el desmoldado sin dañar la estructura, especialmente importante considerando la textura húmeda característica.

Una batidora eléctrica, aunque no es absolutamente necesaria para la masa del pastel, resulta invaluable para lograr un glaseado perfectamente suave y aireado. Si no dispones de una, prepárate para un buen ejercicio de brazo batiendo a mano.

Lista de Ingredientes con Medidas

Para el pastel:

2 tazas de zanahorias ralladas finamente (aproximadamente 3-4 zanahorias medianas)

1 taza de azúcar blanco (200 g)

¾ taza de aceite vegetal (180 ml)

3 huevos grandes a temperatura ambiente

2 tazas de harina de trigo todo uso (250 g)

1 cucharadita de polvo de hornear (5 g)

1 cucharadita de bicarbonato de sodio (5 g)

½ cucharadita de sal (3 g)

1 cucharadita de canela molida (3 g)

½ cucharadita de nuez moscada recién rallada (2 g)

½ taza de nueces picadas ligeramente tostadas (60 g, opcional)

½ taza de pasas previamente hidratadas (75 g, opcional)

Para el glaseado:

225 g de queso crema a temperatura ambiente

½ taza de mantequilla sin sal a temperatura ambiente (113 g)

2 tazas de azúcar glas tamizado (240 g)

1 cucharadita de extracto de vainilla puro (5 ml)

Una pizca de sal para realzar sabores

Instrucciones Paso a Paso

Comienzo precalentando el horno a 180°C (350°F) para asegurar una temperatura estable cuando nuestro pastel esté listo para hornear. Mientras tanto, preparo un molde redondo de 22-24 cm engrasándolo generosamente con mantequilla y espolvoreando una fina capa de harina, o simplemente forrado con papel de hornear.

Lavo, pelo y rallo finamente las zanahorias utilizando la parte más fina del rallador manual. Es importante secarlas ligeramente con un paño limpio para eliminar el exceso de humedad que podría afectar la textura final del pastel.

En un bol grande, vierto el aceite vegetal y añado el azúcar, batiendo enérgicamente hasta obtener una mezcla homogénea con una textura similar a la arena húmeda. Este paso es crucial para integrar bien el azúcar y crear la base de nuestra masa.

Incorporo los huevos uno a uno, asegurándome de que cada uno esté completamente integrado antes de añadir el siguiente. Esta incorporación gradual evita que la mezcla se corte y garantiza una emulsión estable que aportará estructura a nuestro pastel.

En otro recipiente, tamizo juntos la harina, el polvo de hornear, el bicarbonato, la sal, la canela y la nuez moscada. El tamizado no solo elimina posibles grumos sino que airea los ingredientes secos, contribuyendo a la ligereza final del pastel.

Añado gradualmente los ingredientes secos a la mezcla húmeda, incorporándolos con movimientos envolventes utilizando una espátula. Es importante no sobremezclar en este punto para evitar desarrollar el gluten, lo que resultaría en un pastel denso y gomoso.

Una vez que la harina está casi incorporada, añado las zanahorias ralladas a la masa. Su humedad natural aportará jugosidad y ese color anaranjado característico que tanto amamos en este postre clásico.

Si he decidido incluir nueces y pasas, ahora es el momento perfecto para incorporarlas. Las nueces previamente tostadas aportan un sabor más profundo, mientras que las pasas hidratadas en agua caliente o jugo de naranja por 10 minutos quedarán más jugosas.

Vierto la masa en el molde preparado, nivelando la superficie con la espátula para asegurar una cocción uniforme. Un pequeño golpe del molde contra la encimera ayudará a eliminar posibles burbujas de aire atrapadas.

Introduzco el molde en el horno precalentado y horneo durante 35-40 minutos, o hasta que al insertar un palillo en el centro, éste salga limpio con algunas migajas húmedas adheridas. El pastel debe verse dorado en la superficie y haberse separado ligeramente de los bordes del molde.

Retiro el pastel del horno y lo dejo reposar en el molde durante 10 minutos. Este reposo inicial es crucial para que la estructura interna se estabilice antes de desmoldarlo.

Transcurrido este tiempo, desmoldo cuidadosamente el pastel sobre una rejilla y dejo que se enfríe completamente antes de aplicar el glaseado. Un pastel caliente derretiría nuestro hermoso glaseado de queso crema, arruinando horas de trabajo.

Para preparar el glaseado, aseguro que tanto el queso crema como la mantequilla estén completamente a temperatura ambiente. Esto garantizará una mezcla suave y sin grumos que será fácil de extender.

En un bol amplio, bato el queso crema y la mantequilla con la batidora eléctrica a velocidad media-alta hasta obtener una mezcla pálida y esponjosa. Este proceso puede tomar 3-5 minutos y es fundamental para lograr la textura aireada que caracteriza a un buen glaseado.

Reduzco la velocidad a baja y añado gradualmente el azúcar glas tamizado, aproximadamente media taza cada vez. Incorporar el azúcar poco a poco previene una nube de polvo y asegura que se integre correctamente.

Por último, añado la cucharadita de extracto de vainilla y la pizca de sal, batiendo hasta incorporarlos completamente. El glaseado debe tener una consistencia firme pero extendible, capaz de mantener suaves picos cuando levanto la batidora.

Con el pastel completamente frío, aplico el glaseado generosamente sobre la superficie y los laterales utilizando una espátula angulada. Puedo optar por un acabado rústico con ondulaciones o uno perfectamente liso, según mi preferencia estética.

Si deseo una presentación más elaborada, puedo reservar un poco de glaseado y teñirlo con colorante alimentario para crear pequeñas zanahorias decorativas, o simplemente espolvorear la superficie con nueces picadas o canela para un toque final elegante.

Solución de Problemas

Si el pastel queda demasiado denso, probablemente hubo un exceso de mezcla que desarrolló el gluten de la harina. La próxima vez, incorpora los ingredientes secos con movimientos más suaves y detenté cuando estén apenas combinados, no busques una mezcla completamente homogénea.

Cuando el centro del pastel se hunde durante el enfriamiento, generalmente indica que no estaba completamente cocido. Asegúrate de verificar la cocción insertando un palillo en la parte más profunda; algunas migajas húmedas son aceptables, pero no debe salir masa cruda adherida.

Si el glaseado queda demasiado líquido para trabajar, probablemente los ingredientes estaban demasiado calientes o la proporción fue incorrecta. Refrigera el glaseado por 15-20 minutos para que recupere consistencia, o añade más azúcar glas, cucharada a cucharada, hasta lograr la textura deseada.

En caso de que las zanahorias liberen demasiado líquido durante el horneado, creando un pastel excesivamente húmedo, asegúrate de secarlas bien después de rallarlas. También puedes espolvorearlas con una cucharada de la harina de la receta antes de incorporarlas a la masa, lo que ayudará a absorber el exceso de humedad.

Tips y Variaciones

Para una versión más saludable, puedes sustituir la mitad del azúcar blanco por azúcar moreno, que aportará notas de caramelo y un toque de melaza. También puedes reemplazar hasta un tercio de la harina por harina integral, añadiendo una cucharada extra de líquido para compensar su mayor absorción.

Experimenta con el perfil de especias añadiendo cardamomo, jengibre en polvo o clavo molido. Estas especias complementan maravillosamente la canela y la nuez moscada, creando un pastel con notas más complejas y aromáticas.

Para un toque tropical, incorpora media taza de coco rallado a la masa y sustituye un cuarto del aceite vegetal por aceite de coco. Esta variación aporta un aroma sutil que eleva el pastel a una nueva dimensión.

Si preparas este pastel para una ocasión especial, considera transformarlo en un pastel de dos o tres capas. Simplemente duplica o triplica la receta, divide la masa entre varios moldes y aumenta ligeramente la cantidad de glaseado para cubrir todas las capas.

Sugerencias para Servir y Maridar

Este pastel alcanza su máximo esplendor tras reposar unas horas o incluso un día entero, cuando los sabores han tenido tiempo de desarrollarse y entremezclarse. Si puedes resistir la tentación, prepáralo con antelación para una experiencia gustativa óptima.

Para ocasiones especiales, sirve el pastel de zanahoria con una bola de helado de vainilla de buena calidad. El contraste entre la temperatura fría del helado y la textura húmeda del pastel a temperatura ambiente crea una experiencia sensorial extraordinaria.

Un café recién hecho, especialmente un espresso o cappuccino, complementa perfectamente los sabores especiados del pastel. Las notas amargas del café equilibran la dulzura del postre, creando una combinación clásica e irresistible.

Para un brunch festivo, acompaña rebanadas finas de pastel con una copa de prosecco o champagne. Las burbujas limpian el paladar entre bocados, realzando las sutilezas de las especias y la dulzura natural de las zanahorias.

Información Nutricional

Una porción de este pastel de zanahoria (aproximadamente 1/12 del pastel completo) contiene alrededor de 380 calorías. Esta cifra puede variar dependiendo del tamaño exacto de la porción y de la generosidad con el glaseado.

A pesar de ser un postre, este pastel aporta aproximadamente 3 gramos de fibra por porción gracias a las zanahorias y las nueces, contribuyendo así a tu ingesta diaria recomendada. La fibra ayuda a la digestión y proporciona una sensación de saciedad más duradera.

Las zanahorias aportan una significativa cantidad de vitamina A en forma de betacarotenos, potentes antioxidantes que protegen la salud ocular y fortalecen el sistema inmunológico. Una porción puede proporcionar hasta el 50% de la ingesta diaria recomendada de esta vitamina esencial.

Si incluyes las nueces opcionales, estarás añadiendo ácidos grasos omega-3 y proteína vegetal a tu postre. Estos nutrientes contribuyen a la salud cardiovascular y cerebral, convirtiendo un simple gusto dulce en algo realmente beneficioso para tu organismo.

Print
clock clock iconcutlery cutlery iconflag flag iconfolder folder iconinstagram instagram iconpinterest pinterest iconfacebook facebook iconprint print iconsquares squares iconheart heart iconheart solid heart solid icon

Pastel de Zanahoria Casero: ¡Dulzura, Nutrición y Tradición en Cada Rebanada!


  • Author: joana

Ingredients

Scale

Para el pastel:

2 tazas de zanahorias ralladas finamente (aproximadamente 34 zanahorias medianas)

1 taza de azúcar blanco (200 g)

¾ taza de aceite vegetal (180 ml)

3 huevos grandes a temperatura ambiente

2 tazas de harina de trigo todo uso (250 g)

1 cucharadita de polvo de hornear (5 g)

1 cucharadita de bicarbonato de sodio (5 g)

½ cucharadita de sal (3 g)

1 cucharadita de canela molida (3 g)

½ cucharadita de nuez moscada recién rallada (2 g)

½ taza de nueces picadas ligeramente tostadas (60 g, opcional)

½ taza de pasas previamente hidratadas (75 g, opcional)

Para el glaseado:

225 g de queso crema a temperatura ambiente

½ taza de mantequilla sin sal a temperatura ambiente (113 g)

2 tazas de azúcar glas tamizado (240 g)

1 cucharadita de extracto de vainilla puro (5 ml)

Una pizca de sal para realzar sabores


Instructions

Comienzo precalentando el horno a 180°C (350°F) para asegurar una temperatura estable cuando nuestro pastel esté listo para hornear. Mientras tanto, preparo un molde redondo de 22-24 cm engrasándolo generosamente con mantequilla y espolvoreando una fina capa de harina, o simplemente forrado con papel de hornear.

Lavo, pelo y rallo finamente las zanahorias utilizando la parte más fina del rallador manual. Es importante secarlas ligeramente con un paño limpio para eliminar el exceso de humedad que podría afectar la textura final del pastel.

En un bol grande, vierto el aceite vegetal y añado el azúcar, batiendo enérgicamente hasta obtener una mezcla homogénea con una textura similar a la arena húmeda. Este paso es crucial para integrar bien el azúcar y crear la base de nuestra masa.

Incorporo los huevos uno a uno, asegurándome de que cada uno esté completamente integrado antes de añadir el siguiente. Esta incorporación gradual evita que la mezcla se corte y garantiza una emulsión estable que aportará estructura a nuestro pastel.

En otro recipiente, tamizo juntos la harina, el polvo de hornear, el bicarbonato, la sal, la canela y la nuez moscada. El tamizado no solo elimina posibles grumos sino que airea los ingredientes secos, contribuyendo a la ligereza final del pastel.

Añado gradualmente los ingredientes secos a la mezcla húmeda, incorporándolos con movimientos envolventes utilizando una espátula. Es importante no sobremezclar en este punto para evitar desarrollar el gluten, lo que resultaría en un pastel denso y gomoso.

Una vez que la harina está casi incorporada, añado las zanahorias ralladas a la masa. Su humedad natural aportará jugosidad y ese color anaranjado característico que tanto amamos en este postre clásico.

Si he decidido incluir nueces y pasas, ahora es el momento perfecto para incorporarlas. Las nueces previamente tostadas aportan un sabor más profundo, mientras que las pasas hidratadas en agua caliente o jugo de naranja por 10 minutos quedarán más jugosas.

Vierto la masa en el molde preparado, nivelando la superficie con la espátula para asegurar una cocción uniforme. Un pequeño golpe del molde contra la encimera ayudará a eliminar posibles burbujas de aire atrapadas.

Introduzco el molde en el horno precalentado y horneo durante 35-40 minutos, o hasta que al insertar un palillo en el centro, éste salga limpio con algunas migajas húmedas adheridas. El pastel debe verse dorado en la superficie y haberse separado ligeramente de los bordes del molde.

Retiro el pastel del horno y lo dejo reposar en el molde durante 10 minutos. Este reposo inicial es crucial para que la estructura interna se estabilice antes de desmoldarlo.

Transcurrido este tiempo, desmoldo cuidadosamente el pastel sobre una rejilla y dejo que se enfríe completamente antes de aplicar el glaseado. Un pastel caliente derretiría nuestro hermoso glaseado de queso crema, arruinando horas de trabajo.

Para preparar el glaseado, aseguro que tanto el queso crema como la mantequilla estén completamente a temperatura ambiente. Esto garantizará una mezcla suave y sin grumos que será fácil de extender.

En un bol amplio, bato el queso crema y la mantequilla con la batidora eléctrica a velocidad media-alta hasta obtener una mezcla pálida y esponjosa. Este proceso puede tomar 3-5 minutos y es fundamental para lograr la textura aireada que caracteriza a un buen glaseado.

Reduzco la velocidad a baja y añado gradualmente el azúcar glas tamizado, aproximadamente media taza cada vez. Incorporar el azúcar poco a poco previene una nube de polvo y asegura que se integre correctamente.

Por último, añado la cucharadita de extracto de vainilla y la pizca de sal, batiendo hasta incorporarlos completamente. El glaseado debe tener una consistencia firme pero extendible, capaz de mantener suaves picos cuando levanto la batidora.

Con el pastel completamente frío, aplico el glaseado generosamente sobre la superficie y los laterales utilizando una espátula angulada. Puedo optar por un acabado rústico con ondulaciones o uno perfectamente liso, según mi preferencia estética.

Si deseo una presentación más elaborada, puedo reservar un poco de glaseado y teñirlo con colorante alimentario para crear pequeñas zanahorias decorativas, o simplemente espolvorear la superficie con nueces picadas o canela para un toque final elegante.

Resumen de la Receta y Preguntas Frecuentes

Este Pastel de Zanahoria Casero representa la perfecta combinación entre indulgencia y nutrición. Su textura húmeda, el equilibrado perfil de especias y el contraste con el cremoso glaseado lo convierten en un postre atemporal que nunca pasa de moda.

La preparación requiere aproximadamente 20 minutos de trabajo activo, más 35-40 minutos de horneado y tiempo de enfriamiento. Es un proyecto perfecto para una tarde relajada en casa, y los resultados siempre valen la pena.

¿Puedo preparar este pastel con anticipación? Absolutamente, de hecho, mejora con el tiempo. Preparado con 1-2 días de antelación y almacenado en refrigerador, los sabores se intensifican y la textura se vuelve aún más irresistible.

¿Cómo conservo correctamente este pastel? Una vez glaseado, debe conservarse en refrigerador hasta 5 días en un recipiente hermético. También puedes congelar el bizcocho sin glasear hasta por 3 meses, envuelto herméticamente en film transparente y papel aluminio.

¿Puedo convertir esta receta en cupcakes? Definitivamente, sólo deberás ajustar el tiempo de horneado a aproximadamente 18-22 minutos. Esta versión individual es perfecta para fiestas infantiles o meriendas donde la practicidad es importante.

¿Es posible hacer una versión sin gluten? Sí, puedes sustituir la harina de trigo por una mezcla de harinas sin gluten de buena calidad, añadiendo 1/2 cucharadita de goma xantana para mejorar la estructura. El resultado será igualmente delicioso para quienes tienen sensibilidad al gluten.

Este pastel de zanahoria casero no es sólo un postre, sino una experiencia que conecta tradiciones, sabores y recuerdos. Con cada bocado, celebramos la magia de transformar ingredientes sencillos en algo extraordinario que nutre tanto el cuerpo como el alma.

Advertisements
Para ver los PASOS de cocción completos, ve a la página siguiente o abre el botón (>) y no te olvides de COMPARTIR con tus amigos de Facebook.

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *

Recipe rating

Advertisements