- 400 g de piña fresca en trozos
- 250 g de naranja pelada y troceada (retira la parte blanca y las pepitas)
- 20 g de zumo de limón
- 400 g de azúcar
Preparación paso a paso
1. Preparar la fruta
- Corta la piña en trozos pequeños y pela las naranjas, asegurándote de eliminar la parte blanca y las semillas para evitar amargor.
2. Triturar los ingredientes
- Coloca la piña, la naranja, el zumo de limón y el azúcar en el vaso de una batidora o procesador.
- Tritura durante unos segundos hasta obtener una mezcla homogénea pero con pequeños trozos de fruta.
3. Cocción
- Vierte la mezcla en una cacerola grande. Cocina a fuego medio-alto removiendo constantemente hasta que empiece a hervir.
- Reduce el fuego a medio-bajo y cocina durante 30-35 minutos, removiendo ocasionalmente para evitar que se pegue.
4. Ajustar la consistencia
- Si la mermelada está muy líquida, cocina por unos minutos más hasta que espese, recordando que al enfriarse adquiere más cuerpo.
- Para comprobar si está lista, coloca una pequeña cantidad en un plato frío y observa si al inclinarlo se desliza lentamente.
5. Envasar la mermelada
- Esteriliza los tarros de cristal y sus tapas hirviéndolos en agua durante 10 minutos.
- Vierte la mermelada caliente en los tarros, llénalos hasta el borde, ciérralos y colócalos boca abajo para hacer vacío.
- Deja enfriar por completo antes de almacenarlos.
Consejos y trucos
- Conservación: Si has esterilizado los tarros correctamente, la mermelada puede durar hasta un año en un lugar fresco y oscuro. Una vez abierta, consérvala en el frigorífico y consúmela en un plazo de 2 semanas.
- Variaciones: Añade una pizca de jengibre rallado para un toque especiado.
- Sustitución: Si prefieres menos azúcar, utiliza edulcorantes naturales como miel o sirope de agave, ajustando las cantidades según tu gusto.
Disfruta tu mermelada
Úntala en tostadas, acompaña tus yogures o utilízala como relleno para tartas y postres. ¡Un toque casero que siempre encanta!