Ingredients
- 150 g de harina (integral o común)
- 2 cucharadas soperas de orégano
- 50 g de queso rallado
- 3 cucharadas de aceite de oliva
- Agua (cantidad necesaria para formar la masa)
Estas cantidades me dan un lote perfecto—crujiente y sabroso. Los 150 g de harina y 50 g de queso son mi fórmula ideal. Es una lista corta pero poderosa.
Las medidas son justas para esa textura que busco, con agua para ajustar. Puedo duplicarlo para más—se adapta sin problema. ¡Esta es mi clave para unos grisines inolvidables!
Instructions
Empiezo precalentando el horno a 200°C y preparando una bandeja con papel para hornear—mi lienzo está listo. En un bol, mezclo 150 g de harina, 2 cucharadas de orégano y 50 g de queso rallado—el aroma ya me emociona. Añado 3 cucharadas de aceite de oliva y revuelvo bien—se integra como magia.
Incorporo agua tibia poco a poco, amasando hasta que la masa está homogénea—sentirla en mis manos es mi alegría. La extiendo en una superficie enharinada hasta que tiene 5 mm de grosor—el rodillo hace su trabajo. Corto tiras finas del tamaño que quiero—darles forma es mi parte favorita.
Coloco las tiras en la bandeja y las horneo 20-25 minutos, hasta que están doradas y crujientes—verlas dorarse me llena de expectativa. Las dejo enfriar completamente—paciencia aquí vale la pena. Luego las disfruto—cada crujido es pura felicidad casera.