1. Preparar la base en licuadora:
Coloca en la licuadora la leche evaporada, la media crema, la leche condensada y la Nutella.

Licúa durante un par de minutos hasta obtener una mezcla completamente homogénea y sin grumos.

Prueba la mezcla y ajusta el dulzor o la cantidad de Nutella si lo deseas más intenso.

Reserva mientras hidratas la grenetina.

2. Hidratar la grenetina:
En un recipiente pequeño, vierte la grenetina sobre la taza de agua fría.

No mezcles ni batas: solo deja que la grenetina absorba el agua durante unos 8 minutos.

Verás cómo se transforma en una masa firme y gelificada.

Este paso es clave para asegurar una textura suave y sin grumos.

3. Derretir la grenetina:
Una vez hidratada, derrite la grenetina ya sea en el microondas (1 minuto) o al baño María.

Debe quedar completamente líquida, sin grumos ni partes sólidas.

Si usas microondas, hazlo en intervalos de 30 segundos y revuelve para evitar que se queme.

Cuando esté bien disuelta, estará lista para integrarse a la mezcla.

4. Unir todos los ingredientes:
Con la licuadora en marcha a velocidad baja, vierte lentamente la grenetina derretida sobre la mezcla de Nutella.

Licúa solo unos segundos más, lo justo para integrar sin generar burbujas.

Esto garantiza una gelatina suave y con acabado sedoso.

Evita batir en exceso para que no se formen huecos al cuajar.

5. Verter y refrigerar:
Vierte la mezcla en un molde ligeramente engrasado con aceite vegetal o rociado antiadherente.

Golpea suavemente el molde contra la mesa para eliminar el aire atrapado.

Llévalo al refrigerador y deja enfriar por al menos 5 horas, o hasta que esté completamente firme.

Puedes dejarlo toda la noche si prefieres prepararlo con anticipación.