Paso a Paso

1. Derretir el chocolate:
   Derrite el chocolate junto con la mantequilla al baño María o en el microondas (calentando en intervalos cortos y removiendo para evitar que se queme). Deja que se temple.
2. Precalentar el horno:
   Precalienta el horno a 170 °C y forra una bandeja con papel vegetal.
3. Batir huevos y azúcar:
   En un bol grande, bate los huevos con el azúcar moreno hasta obtener una mezcla esponjosa y ligeramente más clara.
4. Mezclar los ingredientes húmedos:
   Añade el chocolate fundido con la mantequilla a la mezcla de huevos y azúcar. Remueve con una espátula hasta integrar completamente. Incorpora la esencia de vainilla.
5. Añadir los ingredientes secos:
   Tamiza la harina y la levadura, y agrégalas poco a poco a la mezcla húmeda. Remueve hasta obtener una masa homogénea. Si la mezcla está muy líquida, refrigérala unos 15-20 minutos para que tome consistencia.
6. Formar las galletas:
   Con una cucharita o manga pastelera con boquilla lisa, coloca montones pequeños de masa en la bandeja, dejando espacio entre cada uno. No te preocupes si no son perfectos, tomarán forma durante el horneado.
7. Agregar la sal:
   Espolvorea una pizca de sal marina en escamas sobre cada galleta. Si prefieres, puedes omitir este paso o añadir la sal después de hornear.
8. Hornear:
   Hornea las galletas durante 12 minutos. Estarán listas cuando los bordes estén firmes pero el centro aún se vea ligeramente húmedo.
9. Dejar enfriar:
   Retira las galletas del horno y deja que se enfríen en la bandeja durante unos minutos antes de transferirlas a una rejilla para que se enfríen por completo.