- 6 zanahorias, peladas.
- 3 naranjas, solo la ralladura.
- 450 g de azúcar blanca granulada.
- 1/4 taza de agua.
- Azúcar blanca o mostacillas para rebozar.
Instrucciones:
1. Preparar la mezcla de zanahoria y naranja:
- Ralla las zanahorias muy finas (puedes usar una procesadora si lo prefieres).
- Estila las zanahorias ralladas en un colador para eliminar el exceso de líquido.
- Mezcla las zanahorias con la ralladura de las naranjas y reserva.
2. Preparar el almíbar:
- En una olla, coloca el azúcar y el agua. Calienta a fuego medio sin revolver hasta que comience a hervir.
- Una vez que hierva, sube el fuego al máximo.
3. Cocinar las zanahorias:
- Añade las zanahorias a la olla en tres tandas, mezclando bien con una cuchara de madera.
- Cuando vuelva a hervir, reduce el fuego y cocina, revolviendo constantemente, durante unos 10 minutos (el tiempo puede variar según lo jugosas que estén las zanahorias). Cocina hasta que la mezcla se espese y al revolver se vea el fondo de la olla.
4. Enfriar:
- Vierte la mezcla en una fuente y deja enfriar a temperatura ambiente durante al menos 4 horas.
5. Formar los confites:
- Coloca el azúcar o las mostacillas en un plato.
- Con las manos ligeramente aceitadas, forma bolitas del tamaño de una yema de huevo o según tu preferencia.
- Reboza cada bolita en el azúcar o las mostacillas.
Consejos:
- Si la mezcla se pega mucho a las manos, úntalas con un poco de aceite de sabor suave.
- Usa zanahorias frescas y de buen color para garantizar el dulzor natural.
- Si las zanahorias están blandas, rehidrátalas en agua fría con unas gotas de jugo de limón o naranja antes de rallarlas.
Conservación:
- Guarda los confites en un recipiente hermético con una servilleta en su interior para absorber la humedad.
- En climas cálidos, consérvalos en el refrigerador. En climas templados, guárdalos en la despensa.
- Se mantienen bien por aproximadamente 1 semana, aunque con el tiempo pueden endurecerse.
¡Disfruta de estos dulces confites de zanahoria y naranja, llenos de historia y sabor!