Paso 1: Prepara la Base Dulce
¡Empecemos con frescor!—en un bol grande, vierte 100 cc de aceite de girasol y 100 g de azúcar blanca—mezcla con un batidor ‘til que el azúcar se disuelva (me encanta ese brillo aceitoso!). Es como pintar dulzura—mi cocina ya huele a promesas (mi corazón late con ilusión!). Respira hondo—esto va a ser un budín ligero y delicioso, y tú ya estás en marcha.

Paso 2: Añade el Toque Cítrico
Exprime el jugo de 1 limón y ralla su cáscara—échalo al bol y mezcla bien (me emociono con ese aroma fresco!). Revuelve ‘til que todo se una—es como un rayo de sol líquido (mi cocina huele a limón y me hace saltar!). Es el alma cítrica del budín—pura magia en cada giro.

Paso 3: Bate los Huevos
Casca 2 huevos—añádelos uno a uno, batiendo con energía después de cada uno (me encanta ese amarillo brillante!). Sigue batiendo ‘til que la mezcla esté ligera y esponjosa—es como darle alas al budín (mi corazón late con cada batida!). Hazlo con amor—es la clave de la suavidad.

Paso 4: Incorpora los Secos
Tamiza 250 g de harina leudante y 1 cucharadita de polvo de hornear—añádelos al bol poco a poco (me siento pro con esa nube blanca!). Mezcla con una espátula ‘til que sea cremoso y sin grumos—no batas mucho (mi cocina huele a masa y me hace soñar!). Es como abrazar la mezcla—pura esponjosidad en camino.

Paso 5: Hornea el Budín
Engrasa un molde—vierte la masa y alisa con una espátula (me emociono con esa superficie suave!). Lleva al horno precalentado a 150°C—hornea 30 minutos ‘til que un palillo salga seco (mi cocina huele a limón y me hace suspirar!). Vigila los últimos minutos—sácalo cuando esté dorado (yo miro ansiosa por la ventanita!). Ese aroma es pura delicia—ya casi está.

Paso 6: Enfría y Disfruta
Deja enfriar en el molde 10 minutos—desmolda con cuidado y pásalo a una rejilla (me emociono con esa textura esponjosa!). Corta en rebanadas—prueba una con café o té (te juro que vas a suspirar como yo la primera vez!). Guarda si sobra—disfruta cuando quieras (en mi casa no dura mucho!).