Introducción e inspiración
Las berenjenas al escabeche son una de esas recetas clásicas que nunca pasan de moda.
Tienen ese sabor casero, intenso y equilibrado que nos transporta directo a las cocinas de nuestras madres y abuelas.
Además, son fáciles de preparar, se conservan por días en la heladera y se disfrutan de mil maneras.
Yo las preparo cada vez que tengo un par de berenjenas maduras y ganas de llenar mi cocina de aromas reconfortantes.
Es uno de esos pequeños lujos simples que alegran cualquier comida.
Recuerdo y tradición
Crecí viendo cómo se hacían en casa, en grandes frascos de vidrio reutilizados.
Mi abuela solía preparar varias tandas para tener siempre listas y compartir con visitas inesperadas.
Nos enseñó que un buen escabeche lleva tiempo, cariño y un buen equilibrio entre vinagre, especias y paciencia.
Y desde entonces, para mí, tener un frasco de berenjenas al escabeche es sinónimo de hogar.
Con el tiempo fui adaptando su receta, respetando siempre la esencia tradicional.
Ventajas de hacerlo en casa
Cuando preparás escabeche casero, sabés exactamente lo que estás comiendo.
No hay conservantes artificiales, ni exceso de sal o vinagre.
Podés ajustar cada ingrediente a tu gusto y darle tu toque personal con especias o hierbas.
Además, es una receta muy económica y versátil.
Se guarda en la heladera y mejora su sabor con los días.
Objetivo de sabor y textura
El secreto de unas buenas berenjenas al escabeche está en el equilibrio.
La acidez del vinagre debe estar suavizada por el aceite y el hervor justo.
La textura tiene que ser tierna, pero no blanda.
Las especias realzan el sabor sin tapar el ingrediente principal.
Y si están bien preparadas, cada bocado te regala una explosión de sabor natural.